CAMILA SODI Y CAROLINA YUSTE CON TODO Y HUELLAS
Ya se puede ver por Prime Video la serie española Sin huellas, estelarizada por estas dos actrices que hacen una pareja muy interesante en la pantalla. Ambas hablaron con la prensa de cómo fue que le dieron vida a estos personajes.
Por Alberto Rojas Eguiluz
Fotos Cortesía de Amazon Prime
En Sin huellas, una de las nuevas propuestas de Prime Video, el servicio de streaming de Amazon, Desi (Carolina Yuste), una gitana española gay, y Cata (Camila Sodi) una inmigrante ilegal mexicana, son dos amigas que tratan de salir adelante limpiando casas cuando se convierten en las principales sospechosas de un homicidio que sucedió en un lugar en el que trabajaban.
Esta serie es la presentación de Carolina en México, y también, la primera vez que Camila trabaja en España. En la presentación de Sin huellas ambas actrices le explicaron a los medios de comunicación cuáles fueron los retos de hacer esta serie de ocho capítulos en la que la acción, el suspenso y la comedia son el vehículo para contar una historia con muchos matices
¿Cómo se conocieron y cómo empezaron a desarrollar la relación que se ve tan natural en la cámara?
Camila: En realidad no nos caemos tan bien (risas). Nos conocimos por Zoom, un poco anticlimático, estaban haciendo el casting y querían saber si teníamos química o no. El casting fue tan caótico, aunque fue tan natural la forma en que Carolina y yo nos empezamos a relacionar, tampoco se vislumbraba lo que se ve en pantalla.
Carolina: Fue muy fuerte, yo sabía de los trabajos de Camila como actriz, pero no la conocía personalmente, y cuando hicimos ese casting por Zoom todo se paraba, de repente decía una cosa y se quedaba congelada…
Camila: Porque el internet en México es muy malo, en Europa no entienden eso (risas).
Carolina: Acabamos el casting, nos vimos los del equipo y dijimos que era obvio que era ella porque se desprendía algo juntas que no sabíamos qué era. Fue como cuando estás en un cuarto lleno de gente pero das un flechazo con una sola persona, así fue, yo no siento que hayamos tenido que trabajar la química.
Sin huellas es una serie donde parece haber muchos temas, ¿de qué dirían que trata la serie?
Carolina: Hay una frase en España que dice: “La necesidad agudiza el ingenio”. En la serie ellas salen adelante porque se tienen la una a la otra, si estuvieran solas sería imposible viajar hasta donde llegan. A mí me gusta decir que esta serie es de amor, pero del amor de la amistad; nos cuesta trabajo hablar en una serie de amor que no sea con sexo afectivo y aquí se habla del amor entre amigas.
Camila: En el caso de estos dos personajes, no puedes llamar a la policía cuando eres una inmigrante ilegal y las gitanas son muy discriminadas también en España. Hay mucho prejuicio, clasismo y racismo, por eso se habla de la impunidad y la injusticia, pero desde la comedia, que no se siente aleccionador; es ligerita pero tiene un trasfondo con más peso.
Camila, esta es la primera vez que trabajas en España, ¿cómo fue esa experiencia?
Camila: Tenía muchas granas de trabajar allá, había algo que me llamaba, de repente me habló una amiga para decirme que estaban haciendo una serie allá (Samantha López Speranza). Ella terminó dirigiendo dos capítulos de Sin huellas, todo fue muy mágico y de una manera muy orgánica, allá comía paella todo el día (risas).
¿Hay alguna anécdota que recuerden de la filmación de la serie?
Carolina: Yo no sé lo que han visto de Camila aquí, pero su vena cómica es espectacular, de las cosas que más me costaba en la serie era mirarla y no morirme de la risa. No sé en qué momento Camila decidió que su personaje corriera de una manera extrañísima, entonces, estábamos rodando muy serias y de repente corría, y yo lloraba de la risa. La primera vez todos nos reímos, la segunda todos se rieron menos, la tercera que solo yo me reí y el equipo me odió (risas).
Camila, ¿cómo te adentraste a la piel de una inmigrante mexicana ilegal en España?
Camila: Parte de nuestro trabajo es ponernos en los zapatos de diferentes personas en diferentes situaciones desde un lugar donde no existe un juicio sobre las decisiones o la vida del personaje. Para mí fue muy importante hablar de la migración porque estamos en México, estamos muy cerquita de nuestros compañeros de Sudamérica y muy cerquita de Estados Unidos, es una realidad con la que crecimos y con la que lidiamos todo el tiempo. Hablar de alguien que tiene que irse del lugar donde nació para tener una vida mejor, que llegue y no lo reciban con los brazos abiertos, que haya muros emocionales, políticos y de todo tipo, y que no podamos extenderle la mano a otro ser humano que está sufriendo. Habla de una cultura muy tóxica que hemos construido, todos podemos empatizar con eso.
¿Qué les gustó más de estos personajes?
Camila: Creo que lo interesante de los dos personajes es que no son unidimensionales, no es solo la inmigrante, no es solo la gitana homosexual; son multidimensionales y ser inmigrante, gitana u homosexual es una de sus circunstancias, no es lo que la define.
Camila, una de las directoras es una amiga muy cercana a ti, ¿es difícil que te dirija alguien que te conoce tan bien?
Camila: Al revés, es una bendición, porque te permite ser vulnerable y llegar a lugares más profundos porque sabes que estás totalmente cobijada y Samantha es como una princesa de Disney que cura pajaritos y se le acercan los venaditos (risas), es muy magnética, un ser humano con un corazón enorme, de esos que tocan todo.
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