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De Una Hija a su Padre:

Homenaje a un Hombre de Ciencia
Dr. Octavio Novaro Peñalosa: Octavio Novaro Segundo

Por Lucy Novaro



Hoy se cumplen 4 años de su partida. Entrevistarlo hubiera sido el honor más grande de mi vida; pero soy su hija, él ya no está, y no hubiera podido ser objetiva. Lo que sí puedo hacer es escribir un poco acerca de él, de lo que fue como padre y abuelo, como esposo, como científico y escritor, como visionario y como hombre; pero me faltarían las palabras. Quisiera expresar que todo lo que hago, lo hago en honor a él. Le dedico esta revista y todas las que he editado; todos mis programas de radio, mis producciones de moda, el tratar de ser una mejor persona cada día y todo lo que pueda realizar en un futuro (un libro); tal y como se lo prometí antes de su partida. Él escribió y publicó más de 20 libros de ciencia, y más de 220 diferentes artículos para varias revistas. Tenía un don.




Seguramente todos los que lo conocieron coinciden conmigo que fue un hombre adelantado a su época, pero al mismo tiempo también tenía mucha curiosidad por la historia y la arqueología. Era muy consciente de la importancia del futuro; sin embargo, siempre supo vivir el presente con plenitud.


El Dr. Novaro fue un importante científico (físico, catedrático, investigador y académico) que dejó un gran legado para nuestro país. Se especializó en los campos de la física atómica, molecular, física teórica, mecánica cuántica, fisicoquímica, catálisis teórica y experimental. Fue miembro de El Colegio Nacional durante 23 años; también trabajó en el Instituto Mexicano del Petróleo durante 15 años.




Sus padres

Fue el primero de 5 hijos de la pareja formada por el poeta Octavio Novaro Fiora (Octavio Novaro l) hijo de inmigrantes italianos provenientes de Liguria y María Luisa Peñalosa.


Estudios

Ingresó a la Facultad de Ciencias en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde obtuvo la licenciatura en 1965, una maestría en 1968 y un doctorado en 1969. Fue discípulo de Marcos Moshinsky y realizó estudios posdoctorales en Suecia, Turquía, Italia y California. Impartió clases en su alma mater.


Obras

El Colegio Nacional editó y publicó 9 tomos de su trabajo. Además de otros 10 más acerca de Agua Pesada, Sismos y Física Cuántica. Escribió más de 225 artículos de investigación y de divulgación en varias revistas. Tiene obras de sismología y geofísica “Possible Resonance Effect in the Distribution of Earthquake Damage in Mexico City” en la revista Nature en 1977. También escribió acerca de “Una Teoría de la Catálisis Convergencia de Conceptos de la Física, la Química y la Biología”.



Además escribió libros sobre agua pesada y temblores en México en colaboración con otros científicos, ya que estaba muy interesado en los sismos. Un poco antes de partir dejó varios manuscritos de su puño y letra acerca del último terremoto de 2017 en la Ciudad de México (seguía escribiendo a mano, no le gustaba la tecnología), aunque se adaptó muy bien a ella. Él quería continuar realizando su trabajo de investigación sin parar; con su mente tan brillante, y trabajó hasta el final de sus días. Asimismo ha sido un visionario acerca de la computación cuántica, física atómica y trabajó -en conjunto con otros científicos y reconocidos químicos- en varias investigaciones para tratar de encontrar curas posibles para el cáncer, pie diabético y epilepsia; pero ya no le alcanzó la vida. Si quisiera publicar toda su obra éste sería un artículo imposible de terminar.




Premios y distinciones

  • Premio de la Academia de la Investigación Científica en 1977

  • Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales otorgado por el Gobierno Federal de México en 1983.

  • Premio de Ciencias de la Unesco en 1993

  • Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigaciones de México en 2000

  • Además de estos reconocimientos fue un mentor para jurado para otorgamientos de premios Nobel.



El maestro y académico

Fue maestro de varios renombrados científicos y colaboró con otros tantos a nivel internacional; incluso rechazó el premio Príncipe de Asturias para que uno de sus alumnos lo recibiera. Su familia y sus alumnos eran lo más importante para él. Impulsó a muchísimos jóvenes para que tuvieran interés por la ciencia.




De él aprendí a nunca darme por vencida.

Fue miembro de El Colegio Nacional por más de 25 años, investigador y maestro emérito de la Unam.

Un hombre que amaba su trabajo, su investigación pero sobre todo a su familia.

Para poder hablar de su trabajo, de su legado y de sus anécdotas necesitaría libros enteros.



Su familia

Como les comenté antes, él primero que nada fue un esposo, un padre y abuelo amoroso, y con ese mismo amor y respeto realizaba su trabajo. Octavio Novaro segundo ha sido una inspiración para todos; me faltarían las palabras para hablar de su legado, sus viajes, sus pasiones. Vivió la vida intensamente, viajó por todo el mundo. Era un deleite ver cómo disfrutaba de una buena cena, un buen vino. Nos enseñó a amar a nuestro país. Heredó en mí la pasión por la vida y a no dar todo por sentado. Por último dedico estas palabras que escribí cuando partió, y que ahora cobran un sentido distinto. Sin embargo aprovecho para decir que aún lo extraño; nunca dejaré de hacerlo.




“Siempre me hablabas de agujeros negros, de nebulosas, de las partículas, de las galaxias. Me explicabas lo que eran las moléculas, los electrones; incluso la energía cuántica. A veces te entendía; la mayoría de las veces, no. Veía cómo escribías tus fórmulas, nunca las comprendí. Pero siempre quedaba sorprendida con tus explicaciones, casi poéticas, acerca del todo. Tú pacientemente me lo volvías a explicar con tu mente tan maravillosa, tan expandida y tan grande. Casi nunca necesité usar enciclopedias para hacer mis tareas de la escuela. Tenías muchas respuestas. Te escuchaba cómo estudiabas cada uno de los 9 idiomas que hablabas y que casi dominabas y te veía siempre leyendo, siempre estudiando, siempre escribiendo. Me ayudaste mucho a entender un poco más acerca de los terremotos en nuestro país. Nos enseñaste a todos a viajar y a disfrutar de todo lo bello que este mundo nos ofrece. Siempre de la mano nos llevaste y nos guiaste. Te llenabas del amor de tus nietos. Nos brindabas tu apoyo incondicional en nuestros momentos difíciles y aplaudiste y celebraste siempre mis pequeños o grandes logros. Papá, a veces te desesperabas con mis malas elecciones; pero siempre tenías las palabras exactas para guiarme en todo momento”.


“El mundo te quedaba pequeño, y decidiste volar”.


La esposa

“Siempre fue un hombre muy bondadoso y muy amoroso con toda la familia. Lo primero siempre fuimos nosotros; gozaba todo lo que cocinaba para él y amaba todas las cosas; lo admiré como hombre, como esposo, como padre y abuelo. Él quería comerse el mundo; pero le faltó tiempo”.

Lucila Holguín de Novaro


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