El poder de fijarse metas: 13 pasos para alcanzar cualquier meta que te propongas

Texto e ilustraciones: Rodrigo Vázquez Gutiérrez

Grandes o pequeñas. A corto, mediano o largo plazo. Solo o en pareja. Con tu familia o en equipo. Sencillas o un poco más complejas. Alcanzables o que parecen imposibles. Cualquiera que sea el caso, la realidad es que es importante tener metas. Sin embargo, desarrollar el poder de fijarse y lograr todas las metas que uno se propone, ya son palabras mayores...

Ana Patricia, como casi cualquier otra persona, tenía varias metas que quería alcanzar. Algunas se percibían relativamente sencillas como levantarse de la cama 5 días seguidos en cuanto sonara el despertador, y otras requerían mayor planeación, recursos y esfuerzo, como tener una casa de 500 m² frente a la playa. Esta meta se la había planteado a los 25 años cuando recién empezaba su carrera laboral y ahora a sus 63, desempleada y sin muchos ahorros, le resultaba difícil creer que era posible a menos de que se sacara el premio mayor de la lotería. Y seguramente estarás de acuerdo con lo que se decía a sí misma: “El punto no es fijarse metas, eso lo hace cualquiera… El reto consiste en hacer lo necesario para lograrlas”. Y como te imaginarás, no estaba muy alejada de la realidad. Es muy fácil decir “quiero alcanzar tal o cual objetivo, o voy a tener esto o aquello”, pero el verdadero reto está en desarrollar la actitud, determinación y compromiso para llevar a cabo los pasos que son necesarios para lograrlo, amén de considerar el enorme desafío que implica quitarse las telarañas que a veces uno puede tener en la cabeza generadas a partir de pensamientos que no ayudan como, por ejemplo: “no lo lograré, no tengo lo que se necesita para conseguirlo, aún soy muy joven, ya soy muy viejo, será muy difícil, si personas más preparadas no lo han logrado porque lo lograría yo, que tengo yo de especial” o cualquier otro pensamiento que lejos de ayudar, lo hace más difícil.

Sin embargo, fijarse metas y lograrlas puede ser más fácil de lo que se cree. En muchas ocasiones es cuestión de llevar a cabo de manera rigurosa algunos pasos que nos encaminan hacia el logro de cualquier meta.

Considera los siguientes pasos para desarrollar el poder de fijarse metas:

1. Decide exactamente la meta que quieres lograr. Imagina que no hay límites con respecto a lo que quieres ser, lograr, hacer o tener. Imagina que tienes todo el tiempo, dinero, educación, experiencia, recursos y contactos necesarios para completar cualquier meta que establezcas.

2. Escríbelas. Tus metas deben quedar por escrito y ser tan claras, específicas, detalladas y medibles como sea posible. Es necesario que las escribas con tanto detalle como si estuvieras escribiendo una orden de compra.

3. Establece una fecha límite. Tu mente subconsciente utiliza las fechas límite como un sistema para forzarte, consciente e inconscientemente hacia el logro de tus objetivos. Si tu meta es demasiado grande, establece sub-metas que sean más sencillas y manejables. Y si por alguna razón no consigues tu meta en el tiempo determinado, simplemente fija una nueva fecha. Se dice que no hay objetivos poco razonables sino plazos irrazonables.

4. Reconoce los retos que vas a tener que superar para alcanzar tu meta. La teoría de las restricciones establece que siempre hay un factor o restricción que determina la velocidad a la que logras tu objetivo. ¿Cuál es ese factor en tu caso? Aquí se puede aplicar la ley de Pareto del 80/20. El 80% de las razones que te detienen para alcanzar tus metas están dentro de ti. Quizá sea tu manera de pensar, la falta de tenacidad, persistencia o algunas otras, pero considera que solo el 20% de las razones por las cuales no logras tus metas están en el exterior.

5. Identifica el conocimiento, la información o las habilidades que necesitas para alcanzar tu meta. Pregúntate: ¿Qué habilidad, si la desarrollara y ejecutara de manera extraordinaria, tendría el mayor impacto hacia el logro de mi meta? Y cualquiera que esta sea, escríbela, haz un plan y comprométete a trabajar en ella todos los días hasta dominarla.

6. Identifica a las personas que podrían ayudarte. Haz una lista de todas las personas con las que tendrás que trabajar o interactuar para lograr tu meta. Empieza por las personas más cercanas como por ejemplo los miembros de tu familia, tus amigos o colaboradores. Aquellas personas cuyo apoyo o ayuda sería importante para lograr tu meta. Una vez que las identifiques, piensa qué podrías ofrecer a cambio por su apoyo. Cambia el “solo pedir” por “dar”.

7. Haz una lista de todo lo que necesitarás hacer para lograr tu meta. Considera los retos a los que te enfrentarás, los conocimientos y habilidades que tendrás que desarrollar y las personas que necesitarás que te ayuden. Enlista absolutamente todos los pasos que tendrás que llevar a cabo para alcanzar tu meta.

8. Organiza tu lista ordenando los pasos que identificaste en orden de prioridad y secuencia. Determina que tendrás que hacer primero, lo que necesitarás llevar a cabo después y así sucesivamente, y luego prioriza para identificar lo más y lo menos importante. Considera que lo que te conviene es dedicar el tiempo a las actividades que son trascendentes en un momento en específico, dejando para más adelante aquellas que no lo son.

9. Elabora un plan. Cuando desarrollas un plan, las posibilidades de que alcances tus metas se incrementan en 1,000%. Haz un plan por adelantado para cada día, semana y mes. Planea cada mes los últimos días del mes anterior. Cada semana, el sábado o domingo antes. Y cada día una tarde o con una noche de anticipación. Entre más detalladamente hayas elaborado tu plan y tus actividades, más lograrás en menos tiempo. Hay una regla que dice que, por cada minuto de planeación, se ahorran diez minutos de ejecución.

10. Determina la tarea más importante del día. Una buena manera de llevar a cabo esto es preguntándote: “Si sólo pudiera completar un punto de esta lista, ¿cuál sería el más importante?” Una vez que lo hayas determinado, anota el número 1 junto a ese punto. Repite la pregunta considerando las tareas siguientes y anota un número 2 junto a la segunda más importante, y así sucesivamente. Esto te permitirá tener claridad en cuanto a lo que necesitas hacer en orden de prioridad.

11. Desarrolla la autodisciplina. Una vez que determinaste tu tarea más importante, enfócate en llevarla a cabo hasta que esté totalmente completada. Tu habilidad para determinar tu actividad más importante y llevarla a cabo sin distracciones, duplicará o triplicará la cantidad y calidad de lo que logres.

12. Visualiza tus metas. Una de las mejores y menos utilizadas herramientas para el logro de tus metas es la visualización, ya que te ayuda a “ver y sentir” tu objetivo dándole a tu mente una imagen exacta de lo que quieres alcanzar. Y es tan útil que la mayoría de los atletas de alto rendimiento la utilizan todos los días. Empieza por crear en tu mente una imagen vívida de cómo te verías una vez que hayas logrado tu objetivo. Es importante que incluyas los sentimientos y las emociones que tendrías una vez que tu meta esté completada. Imagínate disfrutando de tu logro.

13. Lleva a cabo este ejercicio.

1. Toma una hoja de papel y escribe 10 metas que te gustaría lograr en el transcurso de un año. Comienza con la palabra “Yo” seguida de un verbo de acción que actuará como una indicación de tu mente consciente hacia tu mente subconsciente.

2. Escribe tus metas en tiempo presente, como si ya las hubieras alcanzado. Si tu meta es por ejemplo generar cierta cantidad de dinero en un año, podrías escribir algo como “Yo gano esta cantidad para esta fecha.”

3. Asegúrate de que tus metas siempre estén escritas en tiempo presente. En lugar de escribir “Yo voy a hacer ejercicio 5 veces por semana” conviene anotar “Yo hago ejercicio 5 veces por semana”.

Una clave es expresar tus metas como si ya fueran una realidad, como si ya las hubieras logrado. Esto activa tu mente subconsciente y superconsciente para cambiar tu realidad externa de manera que sea consistente con tus comandos internos.

Para lograr tus metas, tu enfoque y concentración serán fundamentales. El enfoque se refiere a determinar exactamente la meta que quieres lograr, y la concentración requiere que te dediques a hacer exclusivamente aquellas tareas o actividades que te mueven hacia tu meta.

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