La Ilusión del Amor en las Relaciones Virtuales
Por Psic Laura Novaro Holguín
Increíbles las ventajas que ofrece la tecnología en nuestros días.; pero no es una de ellas la ilusoria cercanía con personas con las que de otra manera no tendríamos ningún contacto. Facebook, twitter, instagram, whatsapp; todos ellos se han beneficiado con la precariedad de las relaciones interpersonales, las fobias sociales y las diversas inseguridades de la sociedad actual. Reencuentros con amores del pasado, encuentros sexuales virtuales, citas a ciegas… todo ello para mostrar la creciente incapacidad para la cercanía y la calidez humana. Lo que antes era frío y distante- la comunicación vía telefónica- ahora parece una forma arcaica en donde por lo menos aún existe el reconocimiento de una voz familiar. Lo mismo sucede con el correo, que resulta ahora una reliquia que permanece tan sólo como un género literario de una era lejana y anticuada. Ahora sólo permanece la nostalgia por el tacto de manos que temblaban al abrir el sobre, por el olor a tinta, por los trazos inseguros de las letras que denotaban una personalidad inconfundible de quien confesaba con nerviosismo su amor eterno a un ansioso y esperanzado remitente; un lenguaje de metáforas embarradas de nostalgia por no estar allí con la persona amada, todo lo que al género epistolar hacía tan personal y único. Un solo escritor, un solo lector.
Hoy día es muy común entablar relaciones interpersonales virtuales, que a veces llegan a suplantar a las reales en las que se busca una intimidad fantasmal ante la posibilidad del anonimato, pues en casos extremos pero muy comunes, la gente tiene “relaciones sexuales a distancia” con seudónimos sugerentes, con personas que quizá vivan a miles de kilómetros de distancia, y con las que posiblemente jamás tengan un encuentro real.
Existen historias felices, no hay duda: encuentros y reencuentros, relatos de éxito entre amistades y relaciones amorosas perdidas. Pero no debemos pasar por alto las trampas de las redes sociales, no sólo las más obvias, el peligro de entablar amistad con un potencial psicópata, sino las más silenciosas: la ilusión de compañía; el “rush” adictivo de no dar un sólo paso sin que otros se enteren de “qué estoy pensando”, pero debemos comprender que esos otros en realidad no existen. Lo triste es que el perfil de nuestro facebook es en realidad una personalidad ficticia que tiene la imperiosa necesidad de sentirse completada.
En la red se mezclan simbolismos en lugar de realidades, se crea un mundo de fantasía que la persona desea imponer en su propia realidad, pero al no poder conseguirlo, intenta llenarlo en el espacio virtual. La persona que busca relaciones cibernéticas de romance, casi siempre está consciente de que esta relación no le traerá responsabilidad alguna, que es libre incluso de sostener varias relaciones "amorosas" virtuales al mismo tiempo, y no toma en cuenta que la realidad siempre cobra facturas. Entonces viene la decepción; un vacío, una insatisfacción cuando se cae en cuenta de tan penosa falsedad.
Las personas adictas a este tipo de relaciones virtuales tienden a tener un perfil de inseguridad y baja autoestima, son introvertidos, y el monitor resulta un auténtico escudo que los protege de la amenaza ante lo real. Es un medio que utilizan para desinhibirse (como el alcohol o algunos psicotrópicos), y proyectan en la pantalla lo que quisieran ser y no son. Por ello, el internet resulta un medio tremendamente hospitalario para personas con trastornos sexuales como perversiones, las aberraciones, las disfunciones en el deseo o en el ciclo de respuesta sexual, y las parafilias (impulsos sexuales recurrentes que conllevan a un deterioro de las relaciones sociales aceptadas y consideradas normales); o en los desórdenes de personalidad en donde se ven afectadas las relaciones interpersonales.
En la vida cotidiana de estos individuos existe una incapacidad de conducirse hacia una matriz social donde tendrán que aprender a tratar con otras personas, ya que lo que los seduce es el hecho de trabar relación sin dejar de ser libre y anónimo, relacionarse rápidamente y sin ceremonias. Pero este anonimato es también el mejor hogar para acoger las perversiones. Las fantasías sexuales que antes habitaban en la mente, ahora pueden verse a través de una pantalla. Relaciones parciales, incompletas, impersonales, masturbatorias, física y mentalmente. Como cualquier perversión, resultan inocuas mientras se utilicen como un medio para diversificar la diversión, siempre y cuando también sea una elección consensuada entre las personas involucradas.
El problema radica en que no es posible para todos alcanzar los ideales sociales de belleza, salud, bienes y reconocimientos, y la aceptación de nuestra propia imperfección ha generado una cultura de la evasión, caracterizada por el deseo de olvidar la realidad y entreabrir un campo ilimitado de proyecciones e identificaciones. Consumimos como espectáculo lo que la vida real nos niega; buscamos aventuras porque nada palpitante agita nuestras existencias de cada día. No debemos olvidar jamás que el único medio pleno para llevar relaciones sexuales y personales satisfactorias es la cercanía, la palabra pronunciada, los cinco sentidos totalmente involucrados, el corazón latiente, la mirada del otro buscando también ser mirado con deseo y placer.
Laura Novaro Holguín estudió en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y tiene una Licenciatura en Historia del Arte en la Ibero y Maestría en Literatura Comparada por la UNAM. También estudió la Maestría en Psicoterapia. Es Psicoanalista Titular por la Asociación Psicoanalítica de Guadalajara y la Asociación Psicoanalítica Internacional (API por sus siglas en español; IPA por sus siglas en inglés). Es Miembro de la Federación Psicoanalítica de América Latina además de COWAP (Committee of Women in Psychoanalysis) y del Comité Editorial de la Revista de Psicoanálisis de la APG en Asociación Psicoanalítica de Guadalajara. También es Docente en la Maestría y la Formación en Psicoanálisis de la APG y da consultas privadas para adolescentes, adultos y parejas. Trabaja en la Asociación Psicoanalítica de Guadalajara de la cual es miembro. Asimismo es Coordinadora del Diplomado de Introducción al Psicoanálisis.
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