No te rechazan, simplemente buscan algo diferente
Texto e ilustraciones: Rodrigo Vázquez Gutiérrez
¿Cuántas veces te has sentido rechazado por alguien? La verdad es que todos nos hemos sentido así alguna vez. Hubo alguna ocasión en la que un amigo nos contaba que había cierta chica que le gustaba mucho. Según decía, era guapa, simpática, inteligente, con valores, valiente, extrovertida, espontánea, audaz, gran hija, excelente profesionista y mejor mujer. Todo lo que él había querido desde que, siendo apenas un adolescente, empezó a sentir atracción hacia el sexo opuesto. Empezó a buscarla, le mandaba flores, regalos, la invitó a pasear en innumerables ocasiones hasta que finalmente ella aceptó ir a cenar con él. Comenzaron a salir, se caían muy bien, se divertían juntos, había risas en cada momento, tenían intereses en común, disfrutaban de la misma música, les gustaba ir a los mismos lugares, compartían valores y formas de pensar y él sentía que la química entre ellos era perfecta. ¿Qué podía salir mal? Finalmente, después de algún tiempo de salir juntos, incluyendo incluso alguno que otro viaje de fin de semana, ella simplemente dejó de contestar sus llamadas. Claro está, él no entendía nada ni tenía la menor idea de lo que había pasado. ¿Por qué si todo iba tan bien y parecía ser perfecto, de la noche a la mañana todo había cambiado? ¿Habría hecho algo que le molestó? ¿Acaso descubrió algo de su pasado con lo que no estuvo de acuerdo? ¿Tal vez gente cercana a ella le dio malas referencias o le habló mal de mi amigo? Él estaba tan confundido que literalmente no sabía qué hacer. Trató de buscarla para aclarar las cosas, platicar al respecto, entender qué es lo que había pasado, pero ella simplemente no volvió a dar señales de vida, hasta un día en el que mi amigo se enteró que ella salía con alguien más, un hombre con el que finalmente se casó después de un tiempo…
Y a veces, sucede algo parecido en cuestiones de trabajo. En ocasiones te postulas para alguna posición para la cual crees que eres el candidato perfecto. Mandas tu CV, te preparas, te presentas a algunas entrevistas en las cuales sientes que te fue muy bien, conectas con tus entrevistadores, te ilusionas, vas avanzando en el proceso y al final, deciden elegir a otro candidato. Y tú te preguntas, ¿qué fue lo que pasó si todo el proceso iba tan bien? Eras un buen candidato, tenías todas las credenciales necesarias, cumplías con los requisitos, contabas con la experiencia que buscaban, tus aspiraciones económicas empataban con lo que ofrecía la empresa, etc., etc. Básicamente, todo iba de maravilla. ¿Y entonces, qué pasó? Y entonces cuestionas si hiciste algo mal, si habrás dado una respuesta equivocada, si realmente querían pagar menos de lo que tú esperabas. Tal vez tú creías que había existido buena química con las otras personas, pero al final no ha sido así. La realidad es que llevas a cabo un sinfín de análisis y cuestionamientos que lo único que hacen es revolotear en tu cabeza. Y si te das cuenta, todo eso está enfocado en la persona más importante en tu vida; tú mismo. Es decir que achacas cualquier cosa que pudo haber salido mal, a ti. A tus características físicas, tu manera de pensar, tu forma de ser, tu falta de conocimiento, tu poca o mucha experiencia, tu manera de abordar la vida o tu forma de afrontar los retos. Pero finalmente, asumes que todo, absolutamente todo, tiene que ver contigo. ¡Y cuidado con caer en esa trampa! Porque eso es lo que es, ¡una maldita trampa!
En ocasiones podemos llegar a creer que somos nosotros los que tenemos "algo” malo; que no somos suficientes, no lo merecemos, o simplemente que no “dimos el ancho”. ¡Y esto claramente nos incomoda! Nos hace sentir mal, tristes, decepcionados, o incluso puede llegar a dañar nuestra autoestima provocando que en ocasiones futuras seamos cautelosos hasta el punto de tener miedo de dar un paso similar. Puede paralizarnos, provocar que nos encerremos en nosotros mismos y nos ceguemos ante nuevas y mucho mejores oportunidades. Es decir, que nos perdamos de cosas, situaciones o personas maravillosas que se pueden presentar en un futuro, simplemente por el hecho de haber tenido una experiencia que no salió como esperábamos. Porque es eso, una experiencia que no salió como lo esperábamos.
Y aquí, una buena recomendación, es seguir el "consejo” que el Dr. Miguel Ruiz propone en su libro “Los Cuatro Acuerdos”; NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE. Pase lo que pase, no te tomes nada de manera personal ya que el hacerlo, lo único que genera es malestar, desazón, zozobra, intranquilidad y disgusto. Es decir que tienes todas las de perder, ya que el simple hecho de siquiera considerarlo puede generar que finalmente te lo creas… Dice Miguel Ruiz que tomarte las cosas de manera personal es una expresión del egoísmo ya que pensamos que todo lo que ocurre tiene que ver con nosotros y gira a nuestro alrededor. Lo importante es darnos cuenta de lo que hacen los demás tiene que ver nosotros sino con ellos mismos. Las personas dicen y opinan con base en sus propias experiencias y manera de ver la vida. Es decir que nada de lo que piensan o dicen tiene relación contigo sino con ellos.
Ahora imagínate, aunque sólo sea por un momento, que no es que te rechacen, sino que simplemente buscan algo distinto. ¡Qué gran forma más increíble de liberarte de esa carga! Si regresamos al ejemplo de mi amigo y la chica con la que salía, lo más probable es que ella buscara a alguien con características distintas. No tenía nada que ver con él, sino que quizá ella quisiera a alguien con un físico diferente, con una manera de pensar similar a la suya o, por el contrario, tal vez una forma de ver la vida totalmente opuesta es lo que le atraía. Pero sin duda, el pensar ¿qué es lo que YO tengo mal?, no ayuda en lo absoluto sino todo lo contrario.
Es muy importante tener esto en mente, dejar de tomarse las cosas de manera personal y entender que no es que te rechacen, sino que simplemente buscan algo diferente. Y el hecho de que tú te des cuenta lo antes posible es lo mejor que te puede pasar. Esto evita que pierdas el tiempo y te hagas ilusiones permitiéndote enfocarte en encontrar aquello que es bueno para ti y que te va a ser feliz. Y eso es justamente lo que importa; que seas feliz…
El rechazo no es fatal. Es simplemente la opinión de alguien.
- Autor desconocido
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