Nunca te rindas
Fotos e ilustraciones: Rodrigo Vázquez Gutiérrez
9 Habilidades que desarrollas al no darte por vencido.
Alguna vez leí un artículo en el que mencionaban que el 80% de las personas que trabajan en el área de ventas se dan por vencidas la primera vez que les dicen “no” y que sólo el 8% sigue intentándolo cuatro veces o más. ¿Y sabes después de cuántos intentos se producen el 80% de las ventas? ¡Acertaste! Después de cuatro. Es decir que, si sólo lo intentaran 3 veces más, tendrían mucho mejores resultados, e ingresos.
Pero vamos un poco a la vida de las personas que no nos dedicamos exclusivamente a las ventas como actividad remunerada principal (porque, lo queramos reconocer o no, TODOS nos vendemos TODO el tiempo. Pero eso es tema de otro artículo). Sígueme la corriente y piensa en algún día de tu vida en el que quisiste lograr algo: un aumento de sueldo, ir a comer al restaurante que tú quieres, dejar de fumar o poder pararte a hacer ejercicio a las 5:00 am durante más de tres días seguidos. ¿Cómo reaccionaste en aquellas ocasiones en las que las cosas no salieron como esperabas? ¿Te diste por vencido a la primera? ¿A la segunda? ¿O cuántas “aguantaste”? Ahora reflexiona un poco sobre cuál es la reacción que más frecuentemente se presenta ante este tipo de situaciones. Y sí, es probable que pienses que “depende”, pero me refiero en general. ¿Cuál es tu reacción más común cuando ocurren cosas como estas? A quien más le va a servir conocer esta información o este “patrón” es a ti mismo ya que no sólo te va a ayudar en términos de autoobservación, sino que además te permitirá conocerte y entenderte más y, por ende, actuar de manera diferente si es que no estás contento con algunos de los resultados que obtienes.
Ahora déjame contarte la historia de Carl. Él era un hombre afrodescendiente que nació en 1931 en Kentucky, Estados Unidos. Fue el sexto hijo de una familia de aparceros, oficio que como te imaginarás, requiere de un trabajo físico bastante demandante. Durante su infancia vivió sin agua corriente ni electricidad. En esa época el racismo era extremo y más aún dado que su intención era convertirse en buzo, objetivo que alcanzó llegando a ser el primer afrodescendiente en graduarse de la Escuela de Buceo y Salvamento de la Marina de los Estados Unidos.
Para Carl las cosas nunca fueron fáciles. Desde un principio rechazaron su solicitud una y otra vez, pero él estaba acostumbrado a no tomar un “no” por respuesta. Literalmente escribió cientos de cartas solicitando ingresar a la escuela de buceo y, una vez habiéndolo conseguido, fue duramente discriminado a tal grado de recibir amenazas de muerte por parte de sus compañeros. Pasó épocas muy duras en la escuela en donde su maestro le hacía la vida imposible e intentaba forzarlo a darse por vencido humillándolo cada vez que podía, pero gracias a que su inspiración, motivación, fuerza y poder vinieron de su padre, logró salir adelante venciendo innumerables obstáculos a lo largo de su carrera. Uno de sus mayores retos fue cuando sufrió un grave accidente en la pierna al conseguir salvar a dos de sus compañeros en el momento en que intentaban recuperar una bomba nuclear frente a la costa de España. Todos asumieron que, dadas las circunstancias y la magnitud de la lesión, sería el fin de su carrera. Todos menos Carl. Él convenció a las autoridades de la marina de que, si le amputaban la pierna, podía regresar y llevar a cabo todas las actividades propias del servicio completo. Y así fue. Carl “Maxie” Brashear no sólo regresó usando una prótesis, sino que además se convirtió en el primer afrodescendiente en lograr obtener el rango más alto en esa especialidad; el de “Maestro de Buceo” dentro de la Marina de los Estados Unidos.
Y aunque este es uno de los casos más notorios de los que yo tengo conocimiento (y sin duda el que más me ha inspirado), existen literalmente millones de ejemplos de personas que, a pesar de las circunstancias tan adversas a las que se han enfrentado, nunca se han dado por vencidas y han podido alcanzar sus más grandes sueños. Seguramente en algunas ocasiones tú has sido una de ellas. Porque, aún sin conocerte, estoy seguro de que has logrado muchos de los objetivos que te has planteado en la vida. Sin embargo, uno de los propósitos principales de este artículo es ayudarte a reflexionar sobre qué tan fácil o rápido te das por vencido normalmente, o no.
¿Pero, qué habilidades desarrollas cuando lo intentas una y otra vez sin permitirte darte por vencido?
Disciplina, ya que te obligas a hacer lo que sabes que debes hacer incluso cuando no tienes ganas de hacerlo
Determinación, porque desarrollas la fuerza que te permite hacer frente a situaciones o conquistar sueños.
Perseverancia, que te mantiene constante una vez que inicias algo
Paciencia, esa capacidad tan importante de padecer o soportar las situaciones sin alterarte
Resiliencia, que te ayuda a desarrollar la facultad de adaptarte a una situación adversa
Confianza en ti mismo, porque es importantísimo creértela y darte cuenta de que eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas.
Humildad, ya que te permite darte cuenta y aceptar que algunas cosas no siempre se consiguen a la primera o en el momento en que tú quieres
Dedicación, al darte la oportunidad de dedicarte intensamente al proyecto que quieres conseguir
Fe, que te ofrece la posibilidad de creer y desarrollar la confianza para que puedas hacerlo realidad.
Nunca he conocido a nadie que me haya dicho que hubiera preferido darse por vencido antes de lograr aquello que se propuso. ¿Cuesta trabajo no rendirse nunca? ¡Sin duda! Pero te aseguro que SIEMPRE valdrá la pena…
No es pecado ser derribado. Es un pecado quedarse abajo.
- Carl Brashear
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