“SI NO HUBIERA VIAJADO SERÍA MÁS IMBÉCIL QUE AHORA”
Alan Estrada deja descansar por un momento la actuación y su canal de YouTube, Alan x el Mundo, para dedicarle tiempo a su primer libro: Viajar cambiará tu vida, en donde deja ver su parte más luminosa.
Por Alberto Rojas Eguiluz
Fotos David Suárez
La conferencia de prensa en la que Alan Estrada presenta su primer libro empieza con dos aclaraciones: Viajar cambiará tu vida no es una guía de destinos, se trata de algo más personal; y no da su opinión acerca de la tragedia del sumergible Titan, como dicen algunos medios, al que él mismo había subido para viajar hasta los restos del Titanic un año antes.
Aunque este libro está ligado de alguna forma a su canal de YouTube Alan x el Mundo, en el que tiene más de 3.6 millones de suscriptores, en Viajar cambiará tu vida se cuela su lado actoral, que lo ha llevado a protagonizar el musical de Nacho Cano Hoy no me puedo levantar y a participar en películas como ¿Conoces a Tomás? y recientemente La usurpadora, y a escribir el guión de Siete veces adiós, pero sobre todo, sale un narrador que está más interesado en la luz que en la sombra y que habla de las 10 lecciones que ha aprendido mientras viaja.
¿Por qué escribir un libro sobre viajes teniendo un canal de YouTube donde documentas lo que pasa en ellos?
El libro me da la oportunidad de contar muchas cosas muy personales que no puedo en mis videos, como mi punto de vista acerca de la muerte y cómo la comparo con los viajes; creo que aquí voy a cosas más profundas.
¿Cuántos países conoces?
No sé cuántos, esa es la lección 3 del libro: contar historias, no países, eso lo aprendí de otro viajero en Vietnam, podemos conocer 150 países y seguir siendo unos imbéciles, eso es lo que he aprendido viajando, me faltan por conocer muchos más países de los que la gente cree, no conozco Australia ni Turquía, conozco muy poco de África, el continente olvidado, ahí tengo una gran deuda, espero tener suficiente vida para recorrer esos países.
Parece que tu libro habla más de un viaje interno que de uno externo.
Así es, el libro habla de cómo un viaje externo puede convertirse en un viaje interno, pero también, aún con la tecnología que nos facilita tanto los viajes, no necesariamente un viaje te cambia, hay que tomar la decisión de que te transforme. A mí me han transformado muchísimo, primero en mi trabajo como artista, lo que he visto en el mundo me alimenta y me inspira.
De los países que has visitado, ¿te ha atraído alguna cultura como para vivirla como ciudadano?
En un capítulo lo digo, yo me curé del nacionalismo viajando, pero conforme más viajo más me gusta México, me encanta vivir aquí. Sé que tenemos muchas cosas que arreglar, pero la vida que tengo aquí no me la imagino en otro lugar. Tuve la oportunidad de vivir en España cuando hice Hoy no me puedo levantar y pagaba tanto de impuestos que me iba al parque, arrancaba el pasto y decía “esto sí es mío” (risas). Hay cosas que uno valora y que cada país tiene, de manera distinta. Me encantaría que México tuviera la seguridad que hay en Japón o en muchos países asiáticos, pero me gusta mucho México.
¿Cómo crees que serías hoy si no hubieras viajado tanto?
No sé, hay una parte del libro que dice que no viajo para sentirme inteligente, sino porque tengo unas ganas irremediables de que se me quite lo imbécil, tal vez, si no hubiera viajado sería más imbécil que ahora.
¿Cuál es la lección más valiosa que te ha dejado viajar?
Los viajes me han ilustrado de muchas maneras y lo digo en estas 10 lecciones del libro, una de ellas es aprender a vivir el aquí y el ahora, que con la tecnología se olvida. Cuando yo empezaba a viajar dejaba el celular en mi casa porque no había a qué llevármelo, ahora es impensable no viajar con él, pero aún con el teléfono que te distrae, con los viajes recordamos que lo único que tenemos es el momento.
¿Ya hiciste el viaje de tu vida?
Al final, el viaje de mi vida es la vida misma, ahora trato de ya no pensar en regresar a casa sino de continuar el viaje. Llegué el domingo de Japón y no sentí que estaba regresando a casa, sino que ahora iba a México. En el libro narro que en uno de mis primeros viajes estaba muy agüitado porque regresaba a casa y a mi lado venía una pareja que iba a México de vacaciones, yo acababa mi viaje y ellos empezaban el suyo. Me di cuenta que podía tomar la actitud de ellos cuando van a mi país a viajar, justo estaba en una entrevista en radio hoy en la mañana y me preguntaban si el viaje a lo del Titanic era el de mi vida, dije que no, ojalá que aún me esperen más aventuras que me sorprendan.
Este libro está dedicado a tu mamá, que ya falleció, ¿cómo se sentiría ella si viera este libro?
Creo que estaría muy orgullosa de lo que he hecho, ella no fue testigo del éxito de Alan x el Mundo, vio mis primeros viajes, pero era una mujer muy preocupona y se la pasaba mal cuando yo salía. Ella vivió mis viajes a Japón, a China, el primero a India, y se la pasaba muy mal porque no era una mujer viajera. Siempre tememos a lo que no conocemos; si ella hubiera hecho los viajes conmigo hubiera entendido lo placenteros que pueden llegar a ser, todo lo que puedes aprender de ellos y se hubiera quitado los prejuicios sobre la seguridad al viajar.
Justo le dedicas un capítulo a la forma en que sanan los viajes, ¿cómo te ayudaron a ti?
Algo que hice tras el éxito de Alan x el Mundo y la muerte de mi madre fue que, para atravesar ese duelo, hice un viaje con mi papá a China, es uno de los capítulos que más me gusta porque habla de cómo un viaje puede ayudarte en el proceso de sanar, ya sea en un rompimiento amoroso o cualquier tipo de duelo. Un viaje no sana por sí solo, no te vas a París y regresas sanado por arte de magia; pero el acto de viajar solo y estar en un lugar que no es tu hogar, ver y reconocer la belleza del mundo, puede reconciliarte con la belleza de tu propia vida.
¿Estás interesado en ir a Ucrania con la situación actual que se vive allá?
No soy periodista de guerra, me he cuestionado mucho ir a lugares que pueden generar muchas vistas, como países en conflicto, Corea del Norte o Ucrania, pero no es mi tipo de viaje. Lo que hago con Alan x el Mundo es resaltar la belleza, y las guerras son la antítesis de la belleza del mundo. Cuando visité Rusia no era un país tan radicalizado como lo es hoy. Las cosas que han hecho contra la comunidad LGBT me parecen penosas, pero consideraría regresar, como en algún momento fui a Qatar, lo digo en el libro: si limito mis viajes a los lugares que comulgan con mi ideología no podría ir ni a Puebla, no puedo hacer eso porque me sigue todo tipo de gente. Cuando fui a Cuba, me dediqué a resaltar las bellezas de la isla, que tiene muchas, al igual que cosas criticables, como las tiene cualquier otro lugar, todos los países tienen sus luces y sus sombras, yo me dedico a la luz.
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