Todos tenemos una historia que contar
El otro día durante la eterna cuarentena estaba con William comiendo una rica ensalada con betabel, jitomate, espinaca y albahaca de nuestro huerto.
Por las mañanas bebemos jugos con el apio, espinaca y limones con jengibre de nuestro jardín. También nos preparamos jugos con naranjas, mandarinas y guayabas de nuestros árboles frutales. A veces tomamos un poco de ajo con limón que recogemos frescos. También cocinamos algunos platillos de pescado con pesto que hacemos con nuestro perejil y albahaca; preparamos una deliciosa coliflor rostizada, ejotes salteados, papas o camote en gajos. Todo esto crece en nuestra tierra y les podemos decir que no nos hemos enfermado durante más de año y medio. Hemos estado en casa, pero no nos sentimos encerrados o improductivos.
Durante nuestras pláticas de café, que mi marido me prepara todas las mañanas, siempre decimos lo afortunados que somos al tener una casa en el campo en donde tenemos el terreno suficiente y las ganas enormes de poco a poco volvernos autosuficientes. Claro, no podemos perder de vista que todo cambio requiere tiempo y esfuerzo. Nos encanta viajar y andar de vagos, pero por ahora esto no es posible; estamos forzados a no poder hacerlo.
El estar en casa nos impulsó mucho a avanzar en nuestros planes de cómo queremos que nuestra vida sea en un futuro no muy lejano. Empezamos con nuestro huerto ya en plan serio desde que empezó el confinamiento. Plantamos nuestros árboles frutales desde hace más tiempo; ya que es lo más importante para crear sombra.
Vivimos en una casa de campo en el bello San Miguel de Allende. Debo decir que la tierra en el estado de Guanajuato no es muy fértil, ya que es sumamente porosa; además que los dos últimos años no ha llovido mucho y ha sido un frío invierno. No obstante, nada de eso nos detiene. Sí tuvimos que invertir algo de dinero en buena tierra, árboles frutales, semillas de pasto y flores; pero vamos muy bien, ya que ponemos mucho cariño y tiempo a nuestro proyecto.
He sido una mujer de ciudad, pero mi vida se ha transformado totalmente y ahora soy más feliz. Experimento mucha paz a pesar de la situación que estamos viviendo a nivel mundial. A veces me entristece lo que veo a mi alrededor, y me deprime ver tanto miedo en la gente ya que soy una persona empática.
Nadie la tiene fácil, y menos ahora; pero siempre he pensado que las crisis traen grandes oportunidades y queremos poner nuestro granito de arena para traer un poco de optimismo a los demás.
¿Cómo lo pensamos hacer?
Creando una revista digital. Compartir nuestra experiencia y escribirla para ustedes
Se nos ocurrió el título Be U. Sé tú. Al ser tú, serás fiel a ti mismo, por lo tanto sacarás mayor provecho a tu vida.
Be U es integral que propone un nuevo modelo de vida a raíz de la crisis que estamos viviendo. A lo largo de este año de confinamiento mundial me he dado cuenta de la capacidad de resiliencia que tenemos los seres humanos. Cabe señalar que un gran porcentaje de seres humanos han cambiado su manera de mirar al mundo y han tenido transformaciones casi inimaginables. Pero lamentablemente todavía existen algunas personas que se sienten paralizadas, sienten que no hay salida. La presión se ha disparado cada vez más y el desempleo, la apatía, el enojo y el miedo que esto genera ha tenido efectos muy negativos.
La luz que empieza a salir ante esta oscuridad se está imponiendo cada vez más. Muchos nos estamos dando cuenta que el modelo de vida que llevábamos antes de las cuarentenas no nos llevaba a ningún lado. Pero he visto como muchas personas se reinventan día a día y salen adelante. Ellos tienen sus historias que contar y considero que este medio puede servir para hablar de ello.
Mi vida personal está llena de cambios y aventuras que me han llevado a experimentar una paz interior que jamás pensé que viviría y quiero compartir la experiencia de lo que hemos logrado durante este año en donde vivimos más felices y llenos de planes para el futuro y uno de ellos es hacer este blog con mucho cariño para nuestros lectores.
Haz que tu vida valga.
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